Inma Sánchez
Miércoles, 20 de abril 2016, 10:30
Para ello han contado con la participación de los padres y madres, que se han animado a disfrazarse para la ocasión, llevar objetos relativos a las diferentes profesiones y trabajar para escenificar un auténtico mercado medieval en el que los ciudadanos de la época adquirían sus productos para satisfacer sus necesidades básicas, además de ser un importante centro de reunión. Allí vendían, aparte de suculentas viandas, las mejores legumbres y frutas de la zona, otros variados productos, traídos desde lejos por comerciantes, mediante trueques con personajes de países remotos. No ha faltado el puesto de alaborios, los pequeños telares y demás utencilios para cocer y hacer ropas de la casa y vestidos, el horno para hacer el pan, el puesto de las especias y los utencilios para triturarlas, los objetos utilizados para la defensa del pueblo, las herraduras de la caballería, los animales, las frutas y hortalizas . Todo ubicado en un pueblo medieval con sus castillos y callejuelas, que ha permitido a toda la comunidad educativa disfrutar de un día educativo y de asueto.
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