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INÉS GALLASTEGUI
Miércoles, 20 de abril 2016, 11:04
Desde primera hora de la mañana cientos de personas empezaron a acercarse al Centro Cultural Carlos Cano para participar en la selección de extras realizada por la agencia madrileña de contrataciones artísticas 1st Wanda Service. Pero el secretismo de la productora era tal que la gente no sabía si era mejor parecer albanés, serbio o gitano. Ángel, de pelo blanco y ojos azules, admitía que la genética es caprichosa, pero ignoraba si le sería favorable para lograr un papel. «Estoy aquí por dos causas: la pasión por el cine y la necesidad económica. Evidentemente, estoy parado», explicó este vecino del Realejo, resumiendo las motivaciones de la mayoría. Nadie sabía nada, pero todo el mundo suponía que los figurantes fichados ayer y hoy en La Zubia y el lunes en Monachil ?lo mismo que los seleccionados en Alquife el martes y el miércoles? actuarán como población civil en el conflicto de los Balcanes. El filme está basado en la novela 'Dejarse llover', de Paula Farias, una médica cooperante que estuvo en la guerra de Kosovo; relata las aventuras de tres miembros de las brigadas internacionales que, en un campo sembrado de minas, tratan de sacar un cadáver de un pozo antes de que contamine las aguas de un pueblo vecino. Sin embargo, no se sabe qué cambios ha hecho en su guion el realizador de 'Los lunes al sol'. Su productora, Reposado PC, ni siquiera ha querido confirmar que Tim Robbins y Benicio del Toro están en el reparto. «Me imagino que vendrán buscando caras que ya tienen en mente, pero no han dicho nada: solo que buscan gente de 2 a 85 años», aseguró Ana Sáenz, concejal de Cultura de La Zubia, convencida de que «la ilusión» mueve más que el dinero. La edil ni siquiera sabía cuánto ganarán los afortunados. Lo habitual son 30 euros y un par de bocadillos por una jornada de trabajo en la que generalmente se espera mucho y se rueda poco. Si el figurante además dice una pequeña frase, la remuneración puede subir hasta los 70 euros. Pero todo son especulaciones. «Lo que sea, bueno es», reconocía Tamara, una chica de 24 años y ojos clarísimos que estudia Ciencias Medioambientales. «He hecho algunos cortos con amigos de Comunicación Audiovisual. Me gusta ese mundillo», afirmó la joven de Belicena, que ha arrastrado a la audición a su amiga Laura, de 26 años y vecina de La Zubia. Las dos salieron sin saber si han sido elegidas o no. «Lo único que te dicen es que no te cortes ni te tiñas el pelo, que no cambies de look», señaló Laura. Les prometieron llamar a los elegidos en un plazo de quince días. «Es la primera vez que me presento: por gusto, por dejar un recuerdo a mis nietos», aseguraba Isabel, una señora que guardaba cola desde primera hora de la mañana junto a varios familiares. A las seis ya había gente esperando. La Policía Local aparcó dos coches a la entrada de la calle Joan Miró y cortó el tráfico. El Ayuntamiento puso a su personal de Cultura a disposición de 1st Wanda Service y distribuyó números para establecer los turnos: 200 por hora entre las 10.00 y las 13.00 y 100 de 13.00 a 14.00. O sea, más de 700 en pocos minutos. Pero hubo que parar: los primeros 50 en entrar, que teóricamente iban a terminar la prueba en 15 minutos, pasaron en el centro cultural más de una hora. Eso obligó a reorganizar los turnos para evitar largas colas;había solicitantes citados para medianoche. La concejal de Cultura pidió a los padres interesados en la participación de sus hijos que se acerquen hoy por la mañana a pedir hora para la tarde, para evitar que ?como ocurrió ayer? haya chavales haciendo rabona. Vehículo y mascota Los aspirantes tuvieron que rellenar un formulario en el que registraban sus datos personales, su talla de ropa, el color de los ojos y si tenían experiencia interpretativa, vehículo propio y mascota. También se comprobó que llevaban toda la documentación requerida: fotocopias del DNI, la tarjeta de la Seguridad Social ?la roja, no la verde, que es la sanitaria? y el libro de familia para los menores. Por último, les hacían una fotografía con una pizarra en la que constaban su nombre y un número. Eso fue todo. Entre la multitud había veteranos actores profesionales ansiosos por encontrar algo en 'lo suyo'. Y también aficionados que aspiran a algo más. Como Cristian, de 21 años, que estudia Historia del Arte y trabaja haciendo vídeos y cortos para YouTube. O como Jaime, un apasionado del cine que ya ha actuado como figurante en una serie de televisión y en un corto, 'Método inocente', del granadino Pedro Pérez Martí. «No me he atrevido a preguntar qué están buscando porque ya sabía lo que me iban a decir: 'Ya te llamaremos'. Que sea un trabajo remunerado es muy importante, pero también disfrutas, conoces gente de ese mundillo... ?explicó este comercial, que acudió acompañado de su hija Andrea, de 19 años y amante del teatro?. Nunca sabes si se presentará esa oportunidad de saltar a la fama».
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