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Inma Sánchez
Miércoles, 20 de abril 2016, 10:10
El profesor lleva 14 años dibujando a sus pupilos. Niños como José Daniel, Alejandro, Antonio o MIcaela y sus compañeros de 5º A del colegio Al-Zawiya de La Zubia levantan dispuestos los brazos para que sus retratos luzcan y se aprecie la similitud con sus pequeños rostros.
Profesor de Primaria, primero en el colegio Isabel La Católica y ahora en el Al-Zawiya de La Zubia, mientras impartía las clases de plástica se dedicaba a pintar a carboncillo a los estudiantes. Aunque prefiere trabajar con modelos al natural utiliza una fotografía, "porque con los niños es muy complicado" y tardaría más de las tres horas que dedica a cada uno de los retratos.
Pero su esmero no ha sido en balde, porque los escolares están orgullosos del trabajo realizado. Llegan al cole con sus retratos enmarcados y aseguran que ocupan un lugar preferente en sus cuartos o en el salón de sus hogares. "A mí sí que me gusta", explica una niña más que satisfecha; "y la gente cuando viene a casa me reconoce", matiza otro alumno. Unos cien retratos en sus catorce años de enseñanza. Una labor que aún no ha acabado, ya que está a la espera de que algún regazado le lleve la foto para perpetuar su joven rostro.
La idea de inmortalizarlos se le ocurrió a raíz de impartir clases de plástica. Empezó animándolos a que se dibujasen unos a otros y mientras les mostraba cómo plasmar cada rasgo decidió hacerlo él mismo. "Mi objetivo es que sepan apreciar la belleza, verla", declara, al tiempo que reconoce su obsesión por los ojos, "donde reside la expresión y el alma de cada uno".
Algunos de los retratados ya están casados y tienen niños, otros están en secundaria y muchos hermanos guardan en casa sus dibujos a carboncillo, deferencia de un maestro empeñado en que aprendan a amar la belleza y el arte, "que sepan pararse ante un cuadro y admirarlo". Cuando ha sido invitado a alguna boda de un antiguo alumno les lleva lo que considera el mejor de los regalos: sus redacciones y dibujos enmarcados, de cuando estudiaban en su cole de La Zubia. Lo que para Antonio Montalvo, que ha expuesto parte de sus obras en el Centro Miguel Hernández del pueblo y en la sala Zoco, es motivo de alegría. Natural de Moreda, en los Montes Orientales granadinos, reside desde hace años en la localidad, donde ha sido director del colegio Al-Zawiya. Aún se puede disfrutar una muestra de su trabajo en el Centro Miguel Hernández, diez cuadros de paisajes y bodegones, unas propuestas realistas donde se cuelan otras más simbólicos, que destacan por su colorido y originalidad.
Unos cuadros en los que plasma su dominio del lenguaje plástico y su capacidad para experimentar con los colores. Asegura que su pasión por la pintura viene de lejos, pero que fue cuando participó en el Centro de Profesores de Guadix, donde trabajaban en publicaciones para ultimar técnicas para enseñar plástica a los niños de Primaria, cuando empezó a trabajar con los lienzos, y desde entonces no ha parado. Excelente retratista y, experto en proporciones, cuenta con un bagaje de trabajos al óleo en los que priman los bodegones y lienzos de la Alhambra y Sierra Nevada, entre otros.
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