Inma Sánchez
Miércoles, 20 de abril 2016, 11:04
Y por la tarde se apuntaron, junto al resto de vecinos, al pasacalles y a la tradicional actuación de las murgas. Alegría, juego y diversión; música, ritmos pegadizos y tambores han marcado el compás de la celebración del Carnaval, antes de morir al rigor de la Cuaresma. El pasacalles partió de la Plaza Zubicentro para recorrer las calles céntricas del pueblo. Los mayores con sus asociaciones demostraron su saber y veteranía. La Asociación de Mayores Nuestra Señora de la Asunción, la Asociación de Vecinos de la Cañada de los Priscos, y la del barrio San Antonio mejoraron el tono de humor a la fiesta carnavalesca que, como siempre dejó un magnífico sabor de boca a quienes optaron por disfrutar con las murgas, el desfile y el pasacalles. Este años la novedad ha sido la incorporación de la murga Corvalillos.
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