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Inma Sánchez
Miércoles, 20 de abril 2016, 10:24
Cincuenta figuras y años después, más de medio millar de alumnos del colegio Tierno Galván, un montón de vecinos del pueblo, además de los niños de la Ludoteca, han disfrutado con la historia del belén que Charo Barrón se ha empeñado en convertir en ejemplo de solidaridad.
Con una amplia trayectoria de apoyo a los más desfavorecidos: es una de las fundadoras de las Seglares Claretianas de Granada, Charo ha invitado a los estudiantes -con vídeo incluido- a aportar su granito de arena. Cree que cuando acaben las visitas podrá entregar 800 kilos de productos no perecederos a Cáritas. Un proyecto que ha cobrado más sentido, si cabe, cuando un niño de once años le confesó que el kilo de comida que entregaba lo recogió su familia en Cáritas la semana anterior.
Charo no para de repetir a quienes visitan su casa para disfrutar del belén de su abuela la grandeza del regalo "maravilloso" que ella le legó. No es solo este belén de ganchillo, rememora, sino una actitud generosa y positiva hacia los demás: el cariño y la fuerza de lo que se da con corazón. Por eso ella, a instancias de su marido, ha querido entregar a los demás "todo el corazón y el cariño que mi abuela me supo dar".
Con el apoyo del profesorado del centro escolar cada estudiante aporta un kilo de comida. Además se comprometen a realizar un kilo de esfuerzo. Se trata de que hagan en casa algo que les cueste y que no acostumbren a hacer: ayudar en las tareas, poner o quitar la mesa, no pelearse con los hermanos... Cada vez que lograban algo de lo pactado, se marcó con una cruz que tenía un valor de 0,10 ?. Después pusieron todos esos esfuerzos en común y bajaron juntos a comprar los kilos que el dinero ganado les permitía. Se han hecho carteles anunciando el belén de forma solidaria, además de tarjetas de felicitación para que vayan en las bolsas de los alimentos que se entregarán a los vecinos de La Zubia que más lo precisen.
Un proyecto que incluye cantar villancicos. Charo Barrón, educadora de calle y perito calígrafo, coge la guitarra cada vez que un grupo va a su casa y desde la esquina se escucha a los pequeños entonar los temas más recurrentes y propios de la Navidad. Manuel, Lucía, David, Marcos, Alberto y el resto de compañeros entonan con seguridad cada uno de los temas: campanas de Belén, ya vienen los Reyes Magos... Ella insiste en que comprendan el sentido de esta iniciativa, "concienciarlos de la situación en la que vivimos".
Se trata de un belén único, que no se ha copiado de ningún lado, y que se transforma a medida que llega el día del nacimiento del niño Jesús, insiste Charo. Los reyes van al castillo de Herodes y se dan la vuelta cuando se acerca el 24 de diciembre, los pastores, los patitos, las ovejas... Todo cambia a medida que llega el gran día en que todos van a conocer al niño que ha nacido.
"Las puertas están abiertas para todo aquel que traiga un kilo de algo", recuerda Charo. Y les cuenta a los pequeños cómo su abuela Clemen se ponía la mano cerca del corazón para consolarla cada vez que estaba triste y le decía: "tranquila, cariño, te traigo la mejor de las medicinas: mi magia está en el corazón. No olvides nunca que cuando pones tu mano en el corazón te conviertes tú en la mejor de las medicinas".
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