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Inma Sánchez
Miércoles, 20 de abril 2016, 10:09
Y a ello está dedicado. Quiere que La Zubia invierta en agricultura, en un producto con recorrido amplio, de fácil aceptación por el mercado, que genere industria, mejore la economía y acabe con el desempleo. Es por ello que apuesta por impulsar una microeconomía con la producción de setas. Empresario de toda la vida, era el propietario de los conocidos Muebles Chicote, cuando le llegó el momento de la jubilación y de "disfrutar de la familia y de las aficiones" la ejecutiva del PP de La Zubia pensó en él para dirigir una agrupación completamente rota. Y a ello se puso. Desde las últimas elecciones municipales lidera un Ayuntamiento de 18.000 habitantes a tres kilómetros de Granada enfrascado como toda España en una importante crisis económica.
-De qué va el proyecto de la producción de setas?
-Trabajamos en la implantación de una microeconomía que genere industria en el pueblo y en la que pueda participar quien quiera como autónomo o asalariado. Algo que tenga mucho recorrido y que beneficie a todos. Estamos trabajando en la producción de setas, que se puede llevar a cabo en un trastero, almacén o en un sótano. No requiere una gran inversión y permite a los interesados entrar en un circuito como pequeño, mediano o gran productor, cada uno de acuerdo con su renta. Hay muchas personas interesadas. El proyecto se está realizando en colaboración con una firma de producción de setas, que pone las alpacas en las que se inyectan las esporas de los hongos. Estamos muy ilusionados porque generaría riqueza en el pueblo de la que no beneficiaríamos todos, al crear un movimiento económico. Solo se requiere mano de obra y un espacio adecuado porque se trata de un producto de fácil introducción en el mercado y además la empresa cuenta con sus canales de distribución. Desde el Ayuntamiento vamos a dar un asesoramiento continuo para lograr el máximo rendimiento, además de ser garante que todo se hace desde la legalidad y de que va a funcionar. Estoy convencido de que trabajando un producto de mucho recorrido se puede hacer rica una zona, incluso dentro del contexto de la crisis. Es un proyecto que si funciona puede dar trabajo, además de al productor, a transportistas, administrativos, comerciantes, casas de envasado y, entre otros, incluso dar un impulso a la publicidad.
-¿A parte de esa iniciativa, qué hace su equipo de gobierno para intentar superar esta crítica situación económica?
-Economizar, gastar menos e intentar ingresar más. Adecuar los gastos a los ingresos posibles. Partir de que los gastos son los que son y que no hay más remedio que afrontarlos. El problema es ingresar más. No hay que olvidar que el Ayuntamiento es un organismo de servicios al ciudadano y ahora, por la especial situación económica, hay que intentar rebajar los gastos sin eliminar servicios. Éste es nuestro cometido.
-¿Cómo es posible generar más ingresos?
-Es evidente que a los ciudadanos no se les puede exprimir más, teniendo en cuenta la precariedad en la que ya se encuentran. Aquí también se ha ingresado mucho gracias al ladrillo. Pero ha caído. Así que ahora estamos centrados en la legalización de edificaciones que están fuera de ordenación por su antigüedad y que se pueden poner al día a través de una ordenanza. Se hace un bien y se tiene una vía de ingresos, además de actualizar el patrimonio municipal. También estudiamos cobrar a las grandes compañías que utilizan nuestro territorio, como por ejemplo reclamar el paso de líneas de alta tensión o los espacios que se utilizan para telefonía móvil, entre otros. Para no hacer más daño intentamos economizar y buscar ingresos en las grandes compañías porque al ciudadano de a pie no se le puede pedir más. Se están realizando, además, estudios de consumo de energías y combustibles para edificios para reducir el gasto en los edificios municipales, cambiar los combustibles, implantar placas solares y gas natural, más limpios y económicos. Se están instalando bombillas de bajo consumo en algunas calles para ver si funcionan, además de negociar con los proveedores los contratos más elevados a la baja.
-Qué hace que un empresario entre en política y gobierne el Ayuntamiento?
-Estoy demostrando que no estoy de alcalde por intereses económicos, ya que no cobro. Mi intención es hacer algo por mi pueblo. Entiendo que soy más útil haciendo lo que hago que defendiendo una opción política. No tengo miedo ni a perder el puesto de trabajo ni el sueldo. Pertenezco a un partido, pero no me debo a una obediencia doctrinal. Creo que no estoy engañando a nadie. Cuando me presenté de candidato todo el mundo sabía quién era. Me considero el catalizador de un equipo que trabaja para lograr objetivos y que no haya conflictos. De todas maneras las circunstancias han hecho que tenga que poner las manos y los pies para sacar esto adelante. Quiero lograr que La Zubia sea el mejor lugar para vivir y trabajar.
-¿Cómo ha cambiado la crisis sus prioridades respecto a La Zubia?
-Lo ha cambiado todo. Uno entra con un programa, pero se nos han echado encima las prioridades: pagar, pagar y pagar. Me considero una persona cumplidora y consciente de que quien trabaja quiere cobrar. Lo que no hay es dinero para pagar a quien trabaja. El día a día es renegociar costes. Viene mucha gente todos los días pidiendo trabajo, pero en el Ayuntamiento es imposible colocar a todo el mundo. Por eso estoy tratando de que se genere riqueza a través de la producción de setas.
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