Fuego, música, baile y conjuros para festejar el solsticio de verano

Unas 300 personas se dieron cita en el parque de la Encina para celebrar la Noche de San Juan y dar la bienvenida al verano. Hubo de todo: ritos mágicos con el fuego, el agua, la música, bailes y deseos. La lectura del conjuro estuvo a cargo del trovador Javier Tárraga, que invitó a los asistentes a desterrar los viejos preceptos y putificarse contra la adversidad.

El poeta terminó su actuación entonando el famoso estribillo Libre, libre, quiero ser, quiero ser, quiero ser libre, la pegadiza canción de Los Chichos. Le siguió el encendido del fuego, la danza oriental, de la mano de la Escuela Fairuz, con Sherezade Aguilar, la coreografía de Julián Jiménez, que, junto a unas bailaoras danzaron alrededor del fuego, y la barra solidaria a beneficio del proyecto La Zubia Voluntaria.

El templete del parque de la Encina se convirtió en el espacio perfecto para aunar lo que comenzó siendo una fiesta pagana en la que la gente del campo daba gracias por el verano, las cosechas, las frutas y por disponer de más horas de luz para realizar sus tareas, al festejo actual en el que se da la bienvenida al solsticio del verano con celebraciones regeneradoras de las que disfrutan sobre todo los jóvenes. Aunque en el parque se reunieron vecinos de todas las edades. Los más pequeños bailando y jugando y los mayores disfrutando de las actuaciones.

También hubo jazz; y el fuego cumplió su papel de elemento purificador para liberar de la mala suerte, junto a la costumbre de escribir en un papel la lista de todo lo que queremos dejar atrás en nuestras vidas y quemarlo en la hoguera. Las tres fogatas reunieron a los zubienses que con sus ritos en la víspera de San Juan festejaron el poder del sol y renovaron energías. Más imágenes en la galería de fotos.