Reclaman 300.000 euros a Diputación por el atropello mortal de un joven en La Zubia

El chico fue arrollado mientras cruzaba por aquí el 26 de septiembre de 2015.
El chico fue arrollado mientras cruzaba por aquí el 26 de septiembre de 2015. / Ramón L. Pérez
  • Los hermanos del chico, que tenía 19 años y era hijo de un juez de la capital, atribuyen el siniestro a los «defectos de seguridad de la vía»

«Nuestro hermano tenía 19 años, toda la vida por delante y no cometió infracción alguna; se dispuso a cruzar un paso de peatones en una vía pública, partiendo de la base de que podía hacerlo sin peligro alguno para su vida. Sin embargo no fue así». De este modo recuerdan el trágico atropello de un joven en 2015 en la carretera de la Zubia sus tres hermanos en una reclamación patrimonial dirigida a la Diputación de Granada, a la que culpan de los «defectos» que presentaba la vía. Aunque ni todo con el oro del mundo se puede reparar una pérdida de este tipo, piden ser indemnizados con 300.000 euros.

La víctima se llamaba Carlos y era hijo del juez de Instrucción número 4 de la capital, Antonio Moreno. Son sus otros hijos quienes han iniciado esta acción, porque consideran que «los ejecutores de la obra no emplearon ni los medios, ni las medidas oportunas para garantizar la seguridad a los peatones que utilizasen ese paso de peatones como los hechos tristemente han demostrado».

De hecho, tras el atropello, que ocurrió a las 21.30 horas y sesgó inesperadamente la vida del chico el 26 de septiembre de hace dos años, se acometieron diversas mejoras en la carretera, la GR-3211, que va de Ronda Sur a La Zubia. Esas actuaciones se ejecutaron, recalcan, «a los pocos días de suceder el fatídico atropello, y a pesar del escaso tiempo que hacía que habían concluido las obras y abierto la vía al tráfico». Por ello, creen que la remodelación es una prueba de que el siniestro puso en evidencia «los errores cometidos».

IDEAL ha tenido acceso al escrito de la reclamación, que especifica que a raíz del luctuoso suceso se repintó el paso de peatones. En el momento del accidente, según desvela, la Guardia Civil reseñó «lo gastada que estaba la pintura y el bajo nivel de retrorrefectancia que presentaba», a pesar del escaso tiempo que llevaba en uso. Eso lleva a pensar a los hermanos de Carlos que se utilizó una pintura de «muy baja calidad». Además, se instaló una nueva señal de ubicación del paso de peatones, luminosa, dotada de una placa solar. A menos de 20 metros antes del paso de peatones, se ubicó «un resalto de obra» y «ojos de gato», que son dispositivos reflectantes con la luz de los vehículos. También se instaló, a 65 metros del paso de peatones, otro resalto de goma con dispositivos reflectantes en toda su amplitud, aparte de nuevas señales verticales (en un primer poste de peligro resalto y limitación a 50 km/h y en un segundo poste peligro paso de peatones y limitación a 30 km/h).

«Ni que decir tiene que es evidente que todas estas remodelaciones confirman la mala proyección, adjudicación, ejecución y recepción, junto con el mal acabado de la vía y la falta de medidas de seguridad para proteger a los viandantes que se dispusiesen a cruzar ese temerario paso de peatones», señalan.

Y es que para los hermanos de la víctima, la obra en general adoleció de «graves deficiencias». En un primer momento, y aunque se adjudicó a una UTE -Unión temporal de empresas-, sólo llegó a efectuarse una parte por ésta, pues se cedió el contrato a la empresa que finalmente ejecutó el desdoblamiento de la carretera.

Fue un turismo, marca Volkswagen Polo, conducido por un vecino cuyas iniciales son J.C.G.M., el que se llevó por delante al chico. El coche procedía de La Zubia y atropelló a Carlos en el momento en que éste cruzaba la vía por el paso de peatones en compañía de un amigo suyo, que sí pudo evitar el impacto.

«Independientemente de la culpabilidad que pudiese tener el conductor del turismo, lo cierto es que tras el atropello la Guardia Civil instruyó atestado en el que expresamente se mencionan las deficiencias relativas a la vía que pudieron favorecer el accidente», recuerdan. Entre ellas, los agentes advirtieron que no había «ningún tipo de iluminación artificial, a pesar de que el tramo en el que ocurre el accidente es especialmente peligroso». También alertaron de que las marcas viales transversales del paso de cebra estaban «defectuosas», dificultando su visibilidad.

Posibles acciones penales

Los tres hermanos de Carlos explican en el documento que se reservan las acciones penales que se deriven del resultado de la información que han reclamado a la Diputación Provincial. Se da la circunstancia, según las fuentes del caso consultadas por este diario, que el pasado 19 de abril estaba previsto que varios testigos comparecieran para declarar en el marco de el expediente de esta reclamación, entre ellos el responsable de la empresa que ejecutó la obra y quien presidía en el momento del atropello la Diputación: Sebastián Pérez, actual presidente del PP. No acudieron ni Pérez ni el empresario, según las mismas fuentes.

Una vez las diligencias solicitadas en esta reclamación por daños y perjuicios se hayan completado, la institución provincial se pronunciará -en caso contrario sería silencio administrativo- sobre si la estima o no. Si no contestase o expresamente la desestimara, los hermanos de la víctima pueden judicializar el asunto, interponiendo un recurso en los juzgados de lo Contencioso, para que sea un juez el que finalmente determine si la Diputación tuvo responsabilidad en este trágico y doloroso fallecimiento. La familia del joven, por lo pronto, tiene claro que aquel paso de peatones estaba «mal proyectado, ejecutado y señalizado» y jugó un papel decisivo en que la muerte se cruzara con Carlos aquella noche .

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